VILLA MERCEDES
El escalofriante relato de una mujer que vive de milagro: “Me quiso matar, me acuchilló en la cabeza y en los pulmones”
El agresor está preso, pero podría quedar en libertad cuando este lunes venza la prórroga de la detención. Foto sensible.
Lo que le pasó, ella lo había imaginado. Venía sufriendo constantes hostigamientos por parte del hombre con el que estuvo casada por 25 años. Llevaba dos años separada, pero compartiendo el mismo techo porque no logró que la Justicia lo excluyeran del hogar. El desenlace no fue mortal, pero dejó secuelas graves, para toda la vida.
La víctima se animó a hacer pública la historia porque no quiere que el agresor quede libre. El miércoles lo imputaron por “lesiones graves doblemente calificadas por relación de pareja y violencia de género”, y en la audiencia que se realizó en los Tribunales de Villa Mercedes, la defensora oficial Noelia Páez pidió la prórroga de detención por cinco días. Vence este lunes y se resolverá su situación procesal, es decir si lo liberan o lo mandan a la cárcel.
En la madrugada del lunes pasado, él se metió a la habitación donde la mujer duerme con su hija menor de edad, y le dijo que la amaba, que volvieran a intentar una relación. Ella le respondió que no, que ya todo se había terminado. Inclusive en una audiencia de mediación acordaron (porque él lo propuso) que esta semana iniciarían el divorcio.
Lo amenazó con llamar al 911 si no se iba. Los policías le pidieron que eso hiciera, y que al día siguiente concurriera al Juzgado de Familia donde había hecho varias denuncias. Pero no llegó, porque esa misma noche la atacó.
Primero le dijo: “No te voy a molestar más, voy a dejar que hagas tu vida en paz, vas a tener la vida que querés”. Se sacó las zapatillas y se acostó vestida. No era cierto, porque volvió con un cuchillo y se le abalanzó en la cama.
La mujer sintió como un golpe en el pómulo izquierdo, y empezó a gritar pidiendo auxilio. Estaban sus dos hijos en la casa, y eso la salvó porque intervinieron.
Después comprendió que el cuchillo había ingresado por el ojo, y que se lo clavó también por la espalda. De repente se vio bañada en sangre, y caminando se fue hasta el Hospital “Braulio Moyano”. Ahí descubrió que tenía más cortes en la cabeza. “Todo era un charco de sangre”, recordó en una entrevista al programa de Sonia Palacios, en FM La Bomba.
De ahí la llevaron al Policlínico “Juan Domingo Perón”, pero su ojo necesitaba una intervención compleja, y finalmente fue trasladada al Hospital “Ramón Carillo”, en San Luis.
Ahí la operaron por un “traumatismo penetrante de ojo izquierdo con herida escleral y prolapso de uvea por cuchillo en violencia de género”. Es decir, sufrió el desprendimiento de retina, y aunque le salvaron el órgano perdió la visión. Le hicieron 23 puntos.
“Sabía que me iba a atacar de noche, por eso llevo tantos años sin poder dormir. No quiso lastimarme, fue a la cabeza y a los pulmones, porque me quiso matar. Es carnicero, y si hubiera usado el cuchillo de despostar, me mata. Estoy viva gracias a mis hijos”, revivió en diálogo con El Chorrillero.
Contó que convivían, pese a estar separados, “porque la jueza (María Agustina) Montiveros Garro no le quería dar la exclusión del hogar ya que él se ampara en una discapacidad, y había una violencia moderada”. Sin embargo, el hombre trabaja en una carnicería.
En junio fue cuando se agudizó el conflicto: “Era insoportable convivir, no había agresión física pero sí violencia verbal, y económica porque no me ayudaba con nuestra hija, y ese el reclamo que le hacía. Empecé a denunciarlo. La jueza notificaba que `cesara el hostigamiento’, pero nunca cesaba”.
A principios de este mes hubo una audiencia de mediación, porque no había acuerdo. Él no quería dejar la casa, y resolvieron ponerla a la venta, también aceptó la separación legal. Pero luego “no le gustó en cuánto se tazó la casa, no era lo que esperaba”, y las cosas siguieron empeorando, hasta el día que decidió dañarla y dejarle un poco más de cicatrices.
Hoy le duele tener que acudir a los medios, exponerse y también a los hijos: “No puede quedar libre. Estoy viva de milagro”.
A este medio contó que le dieron el alta el viernes y que por estas horas está buscando un abogado particular, mientras tanto la acompañan desde desde la Dirección Integral Mujer, Género y Diversidad del Gobierno. "Estoy como en una nebulosa, y me pidieron que duerma, porque hace años que no duermo, porque sabía que esto va a pasar. Tengo que contener a mis hijos, y la procesión va por dentro".